El Ayuntamiento de Écija condenado por pagar más a los hombres que a las mujeres en los mismos puestos
https://www.elmundo.es/espana/2022/07/05/62c33a50e4d4d84b258b45d7.html
La noticia se comenta sola. "El
Ayuntamiento de Écija condenado por pagar más a los hombres que a las mujeres
en los mismos puestos".
El motivo por el que he elegido esta noticia
es porque atañe a una Administración Pública. Sí, a una Administración Pública.
Y es que, no nos engañemos, muchos y muchas de nosotros y de nosotras nos
decantamos por el funcionariado huyendo, entre otras cosas, de este tipo de
discriminaciones.
Parece que en la Administración estas cosas
no pasan. Nos creemos más protegidos en temas de derechos laborales que en la
empresa privada y, sin embargo, de vez en cuando sale una noticia de este tipo
y nos da una bofetada de realidad.
Muchas veces he debatido sobre este tema con amigos (que no amigas). Muchos de ellos no creen que la diferencia salarial desempeñando el mismo trabajo sea una realidad en pleno año 2022. Pues señores, aquí lo tienen (y no lo digo yo, lo dice el TSJA): "Durante cuatro años todos los varones han cobrado más que todas las mujeres de la misma categoría”.
“La clave es que a las mujeres gestoras
administrativas no se les reconoce el complemento salarial que sí se otorga a
los hombres gestores administrativos. Resultado: discriminación salarial”
¿Existía algún motivo objetivo para esa diferencia de salario? No ¿Existía
alguna justificación para que los hombres estuviesen cobrando durante años un
complemento que las mujeres no cobraban? No. Entonces, tal como acredita la
sentencia, está claro que simplemente se trataba de una práctica abusiva contra
las mujeres por cuestión de su sexo.
Afortunadamente estas prácticas cada vez van
disminuyendo más, pero no por ello tenemos que cerrar los ojos ante unos hechos
que siguen ocurriendo. Y si ocurren en la Administración Pública, donde
supuestamente existe un control más férreo de los recursos humanos y donde,
supuestamente, los sindicatos son más potentes ¿Qué no estará pasando en el
sector privado?
No nos engañemos. Estas prácticas son
consecuencia de años y siglos de educación machista. Hasta hace relativamente
pocos años, no era habitual que la mujer trabajase fuera de casa y, en el caso
de que lo hiciese, era para aportar un “extra” económico a la familia. Por eso,
desde que somos niños hemos crecido con la idea de que es el hombre el que
tiene que aportar los mayores ingresos a la familia y la mujer “complementar”
esos ingresos. Y creo que esa creencia ha llegado hasta nuestros días y es uno
de los motivos por el que aún se siguen manteniendo estas prácticas abusivas en
algunos entornos.
¿Cómo podríamos terminar con esto? Lo
primero: Educación. Solo educando a nuestros hijos e hijas en igualdad podremos
terminar con estas injusticias. Lo segundo: deconstrucción por parte de los
adultos, lo cual implica desterrar ciertas creencias, prácticas y mitos. Los
niños son “esponjas”, aprenden y reproducen patrones que ven en los adultos, así
que es importante que nosotros seamos un referente para ellos y “prediquemos
con el ejemplo”.
Comentarios
Publicar un comentario